Los dos invitados tenían una misión especial: desarrollar con los estudiantes de las dos secciones una jornada de reflexiones y de debates de preparación al terreno en Mendoza (para el que partimos el mismo día 2 de octubre). Estas aportaciones de la psicología social cumplían, tentativamente, con dos objetivos en el Laboratorio V.
El primero es pensar nuestra participación y reflexividad como investigadores en terreno desde las claves de la psicología, cumpliendo así con una mirada más interdisciplinaria hacia nuestro quehacer etnográfico. Nos preguntamos, especialmente, si pensar y reflexionar a partir de las orientaciones de Portela y Vidal podrían permitirnos observarnos como observadores. Es decir, si podrían ayudarnos a ver nuestra labor, nuestras expectativas y ansiedades en terreno ya no solamente desde nuestro código profesional. Si no, y sobre todo, pensándolo a partir de nuestras limitaciones y potencialidades en cuantos seres sociales dotados de ciertas formas de sentir, pensar y actuar que son, siempre, contextuales: parte de un espacio social, cultural, económico, político y, nacional por defecto.
Este fue, justamente, el segundo de nuestros objetivos con la presencia de los invitados: observar cómo y en qué medida nuestros bagajes (emocionales, sociales, culturales, políticos) condicionan nuestra forma de sentir y pensar la experiencia de alteridad que representa un primer trabajo de terreno en otro país. ¿Es más complejo un terreno en el que somos antropólogos y extranjeros al mismo tiempo? O, mejor, por decirlo de otra manera: ¿No somos siempre extranjeros cuando estamos en terreno?
Para las dinámicas con Sebastián y Vidal, los grupos se separaron, y las dos secciones del Laboratorio V trabajaron por separado. Los profesores y asistentes docentes – Menara, Dein, Esteban, Álvaro, Catalina y Francisca – no estaban invitados a las dinámicas. Esto de cara a generar un espacio de diálogo centrado en los estudiantes; en el que pudieran hablar con Portela y Vidal sin reparos.
Al final de la jornada, salimos con algo más de clareza sobre nuestras expectativas para este proceso de terreno; y con algo más de perspectiva sobre las curiosidades que – más que eliminar – habría que asumir e invitar al diálogo.
Todo el equipo de los laboratorios agradece la participación, el apoyo y el trabajo de Portela y Vidal, esperando que el intercambio que se inicia aquí pueda rendir muchos frutos y muchas nuevas jornadas reflexivas.